Del humano y creativo proceso de soñar, lo que más me maravilla es la transformación que se produce en el soñador al emprender la aventrua de alcanzar el horizonte soñado. Para poder ser los protagonistas de nuestros sueños tenemos que estar a su altura, vibrar en su frecuencia.Con esa motivación, ampliamos nuestros puntos de vista, afrontamos la experiencia con mayor apertura emocional y desarrollamos nuevas capacidades. Nos superamos a nosotros mismos.
Lo que resulta arriesgado de este proceso es creer que hay esperar a que el sueño se cumpla para disfrutar y experimentar ese cambio personal. Los sueños, cuando los mantenemos sin ninguna conexión con el presente, nos muestran principalmente lo que nos falta y si persistimos en ese enfoque de carencia, la frustración puede alimentar el cansancio y éste bloquear la necesaria perseverancia para lograr hacerlos realidad. Entonces los sueños sólo nos sirven, como las pesadillas, para pasar un mal rato del que queremos despertar cuanto antes. ¿Cómo evitar que esto suceda y sacar el máximo beneficio a la capacidad humana de soñar? Desde mi punto de vista, y este es la propuesta que hoy quiero compartir contigo, se trata de lograr ser, en el aquí y en el ahora, el primer elemento coherente con ese sueño feliz que tu corazón quiere ver convertido en realidad. De esta manera, mientras avances en tu camino, te sentirás en sintonía con tu visión, disfrutarás y convocarás a todo lo que esté en la onda de esa vibración.
A continuación, incluyendo (en cursiva) párrafos de “Lo que el corazón quiere contemplar”, te sugiero algunas reflexiones y ejercicios que te serán útiles para disfrutar del presente mientras caminas entusiasmado hacia el horizonte de tus sueños:
1.- En primer lugar, conviene que tengas claro, cuáles son tus objetivos. Igual que cuando quieres hacer un viaje, hay que empezar determinando a dónde deseas ir. Para ayudarte en eso, te animo a revisar el artículo “Pautas para saber lo que realmente quieres”.
3.- Busca fotos, dibujos y palabras que representen tus sueños. También de los aspectos que más aprecias de tu realidad actual y quieres que sigan formando parte de tu soñado horizonte. Con este material, realiza un collage que incluya tu foto sonriente y colócalo en un lugar bien visible. Al verlo cada día recordarás el rumbo que marca tu corazón y también generarás agradecimiento y sentimiento de abundancia por todo lo que ya estás disfrutando.
4.- Elabora y pon en marcha un plan de acción. Para esta tarea te sugiero revisar el artículo ¡Manos a la obra!
6.- Guarda un espacio diario para afírmate en la confianza de que en tu naturaleza está la sabiduría y los recursos necesarios para lograr tus objetivos. Empieza poniendo la atención en tu respiración y observa cómo vienen y van tus pensamientos. Cuando tu atención se quede apegada a alguno de ellos, vuélvela a enfocar en cada inspiración y expiración. Sigue un rato haciéndolo así y luego imagina que, tras esas hileras de pensamientos que llegan y se van, hay un campo infinito de energía, de donde surge todo lo que es, incluyendo todo lo necesario para que se manifieste lo que tu corazón quiere contemplar. Ahora, con cada respiración imaginas que te vuelves más y más receptivo a esa fuente de inspiración brotando en el centro de tu ser. Después de un rato, repite varias veces la siguiente afirmación: “Confío en la inteligencia de mi corazón, donde encuentro conocimiento y efectiva disposición para, aquí ahora, vibrar en sintonía con todo lo que es y crear cauces de acción desde la paz y la libertad de ser.”. Finaliza esta experiencia realizando tres respiraciones profundas, en las que expresas gratitud por el camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima. (Puedes escuchar en audio esta misma visualización)
7.- Cuando el camino se ponga muy cuesta arriba, aprovecha la inclinación para elevar tu mirada y que tu ánimo le siga, recordando tus ideales, tus valores y el sentido de tu caminar. Ten en cuenta, además, que estás haciendo camino y que al “caminar das un paso en el vacio mientras con el otro te afirmas más. Sería imposible andar si no aceptaras experimentar esa porción de vacío o si lo quisieras eliminar de tu camino, consiguiendo con ello únicamente bloquear tu avance.” Es necesario el vacio para manifestar la forma y también la oscuridad sirve para que la luz pueda resplandecer más. Si te flaquean las piernas anímate recordando que cada paso en la dirección de tus sueños ya forma parte de su feliz realización. Y si en tu corazón aparece el sentimiento de carencia, escúchalo y luego invítale a ver la situación como una oportunidad de mejorar, aprender y crecer.
Decía Antoine de Saint-Exupery que “una pila de piedras deja de ser una pila de piedras en el momento en que un hombre la contempla, concibiendo por dentro la imagen de una catedral.” Ese es el poder creador que implica nuestra capacidad de imaginar. En el fondo de tu corazón están esperando los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser. Date permiso para vivirlos.
Gracias por tu atención. Estaré encantada de leer tus comentarios. Hasta pronto.
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