El mundo está en constante cambio. La naturaleza del trabajo está cambiando con la rapidez de un torbellino, y cada vez más las organizaciones y los individuos tienen que enfrentar nuevos desafíos. Ante los retos actuales, los rápidos avances tecnológicos y la fuerte competitividad, ante una vida agitada y acelerada colmada de múltiples demandas, ante un mundo cada vez más complejo, dinámico, cambiante e impredecible, vivimos presionados y exigidos emocionalmente, demandados de una capacidad de respuesta, una velocidad, una adaptabilidad y una flexibilidad sin precedentes. Tal vez ahora más que nunca, el estrés causado por el trabajo representa una amenaza para la salud de los trabajadores y, como consecuencia, a la salud de las organizaciones.
Estoy convencido que en tiempos de profundas transformaciones, donde todo lo que era dejó de ser, la clave es crear organizaciones capaces de aprender, donde las personas que la integran se sientan altamente motivadas, tengan un alto sentido de dirección y propósito, se sientan satisfechas gracias al equilibrio interno y externo y a la excelente relación entre los miembros de los equipos de trabajo, gestionen su propio desarrollo, aprendan a desplegar sus habilidades, desarrollen al máximo su potencial y puedan así ofrecer respuestas pertinentes y oportunas ante los retos.
Recordemos que la cultura de una organización es la expresión de las personas que la componen, especialmente de aquellos que la dirigen. Una empresa no la definen sus equipos, su tecnología o sus instalaciones, sino los seres humanos que se hacen cargo de ellas. Igualmente está claro que para que una persona pueda trabajar bien debe sentirse bien consigo misma y con todo lo que gira a su alrededor. Y el camino para conseguirlo no reside únicamente en renovar los sistemas y procedimientos, o intervenir en la estructura de la organización, sino en promover en las personas nuevas y más efectivas formas de pensar, sentir y actuar, que las empoderen y las capaciten para comunicarse efectivamente, coordinar acciones y negociar sus diferencias. Esto abrirá paso a un presente y un futuro más apasionante, creativo, prometedor y productivo.
Soy un absoluto creyente que la manera más poderosa de encender la chispa del talento humano y dar figura a una organización más humana y saludable, es promover la motivación de la gente a través del desarrollo personal. Al apoyar a los empleados a crecer y expandirse personal y laboralmente, mayor será la motivación y la pasión por la vida, dentro y fuera del trabajo. Con una mayor motivación por la labor que se realiza sin importar que tan compleja o simple sea ésta, dicha motivación es la que hace que las personas se sientan satisfechas en su puesto y que lo demuestren en éste, en los resultados de su labor, en su relación con los demás, en la preocupación por la empresa, en la concientización de que es allí donde se desarrolla laboral y personalmente, lo que los induce a contribuir más, hacer una diferencia, y lo hacen a partir de un sentido de iniciativa personal, antes que por exigencias provenientes desde afuera. Todos estos aspectos se verán reflejados en el crecimiento de la empresa, en el mejoramiento de sus productos y servicios, en su imagen (hacia el exterior) y en su identidad (al interior).
Por ello, mi propuesta está enfocada al lado esencialmente humano de la persona, aquel que permite humanizar la tarea y generar confianza, efectividad, respeto y bienestar. Es formar e inspirar desde la emocionalidad que transitamos en nuestra vida cotidiana, partiendo del hecho de que a toda persona le pasan cosas, se entusiasma, desconfía, tiene expectativas de qué va a pasar con él mismo en determinadas situaciones, hace juicios sobre el país, la organización, la comunidad o el entorno, en definitiva, es entender que todo lo que somos como personas, inevitablemente lo instalamos en la organización.
"Ya no es posible ordenar a los demás que sigan las órdenes del gran estratega. Las organizaciones que cobrarán relevancia en el futuro serán las que descubran cómo aprovechar el entusiasmo y la capacidad de aprendizaje de la gente en todos los niveles de la organización"
Peter Senge
Hasta la próxima!!!
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