Esa es la gran incógnita a la que nos enfrentamos todos los seres humanos en algún momento de nuestra vida. ¿Soy mi cuerpo físico?, ¿soy mi mente?, ¿mis pensamientos?, ¿mis emociones?, ¿mis acciones?, ¿mis logros? ¿soy lo que esperan de mí mis seres queridos? ¿soy lo que los demás piensan sobre mí? ¿soy algo más aparte de la función que desempeño en la vida (madre, padre, esposo, hijo, hermano, méull Ždico, abogado…)? No obstante todas estas interrogantes, lo que sí es cierto es que eres un ser vivo compuesto de células, un ser humano distinto a los otros con una realidad propia, un cuerpo, una personalidad, un carácter, un temperamento y un alma.
No hay otro como tú en todo el mundo, y aunque hay millones y millones de seres humanos vivos, todos son distintos a ti. Observa tu letra, es diferente a todas las demás, y no encontrarás ni una sola como la tuya. Así eres tú, distinto a todos los demás y con tus propias características, con tu propia huella digital, misma que nos acompaña hasta nuestro último día en el planeta.
“Qué cosa más imponente es sentir que está uno a punto de tener la posibilidad de conocer realmente a otra persona. ¿Puede suceder alguna vez? No estoy seguro…Estamos tan llenos de miedo al rechazo y de pretensiones que rara vez sabemos si estamos siendo un fraude o de verdad somos nosotros mismos”
Beverly Axelrod
Intentar responder a tan crucial pregunta -¿quién soy?- implica recorrer la distancia que va desde la capa más externa, más visible de nuestra personalidad, hasta intentar llegar a la parte más profunda de ella, esa de la que normalmente no somos conscientes, y esto significa un gran compromiso. Cada vez que evitamos experimentar o expresar quiénes somos, una parte de nosotros muere. Solamente tomando conciencia de quiénes somos y de la forma en que respondemos mental, emocional y actitudinalmente a un entorno siempre cambiante, es que podemos asumir de una manera exitosa el reto de vivir.
La gran tarea personal entonces es la que se hace hacia el descubrimiento de sí mismo. Este puede resultar ser un camino arduo y complejo, con muchas aristas, con muchas bifurcaciones que constantemente nos invitan a perdernos y desistir. Pero, ¿existe algo más arduo y complejo que vivir una vida que no es la nuestra o de una forma que no nos agrada?
“La realización suprema del ser humano se da con el reconocimiento de su verdadera naturaleza, al darse cuenta de su verdad trascendente, como conciencia perfecta y absoluta de su complitud, felicidad, libertad, paz y amor”
Fred Kofman
Conocerse a sí mismo es la oportunidad de crecimiento que nos llevará a cambios importantes en nuestra vida y nos conducirá hacia la libertad. ¿Libertad de qué?: de pensar, hablar, sentir, decidir y actuar como realmente “somos” y no como los demás dicen que “debemos ser”. Quizá ese conocernos nunca termine, pero mientras estemos en esta aventura llamada vida podemos ir descubriendo nuestra esencia, esa parte de nosotros muchas veces ocultada por la necesidad de complacer a otros, cumplirle el sueño a otros, con el fin de sentirnos aceptados, incluidos, reconocidos y amados, aunque ello implicase a veces pagar un precio muy alto: nuestra propia felicidad.
Has de conocer esta compleja realidad que eres tú y también saber qué esperas. Hoy es el primer día del resto de tu vida. Si lo deseas, aun estás a tiempo de cambiar el camino. ¿Crees que no eres lo bastante feliz? ¿Qué es para ti la felicidad?
"La felicidad es, para mí, la satisfacción de saberse en el camino correcto. La felicidad es la tranquilidad interna de quien sabe hacia dónde dirige su vida. La felicidad es la certeza de no estar perdido”
Jorge Bucay
Hasta la próxima!!!
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